Momo. Michael Ende
Escrito
en 1974 por el autor alemán Michael Ende y publicado en España a la sombra de
“La Historia Interminable”, Momo supuso para el adolescente que era yo por
entonces un libro bastante aburrido.
Y lo he
releído por recomendación de mi hija, puesto que decía que era uno de sus
novelas preferidas. Pues bien, también ahora es una de los mías.
Su
protagonista es la niña Momo, que no sabemos de dónde proviene, pero sí que está
sola en el mundo y que pronto dejará de estarlo porque tiene la facultad de
SABER ESCUCHAR. Esta es la causa de que enseguida se rodee de amigos que se
sienten importantes cuando acuden a ella porque son escuchados. Entre ellos tenemos
a Beppo Barrendero, que siempre piensa muy bien las cosas antes de hablarlas y que
barre las calles poco a poco hasta que se da cuenta casi sin enterarse de que
su trabajo está hecho. También tenemos a Gigi, un joven soñador de fantasía
desbordante que hace las delicias de los visitantes del antiguo teatro entre
cuyas ruinas vive Momo. Además, encontramos a los niños que inventan juegos
gracias a su gran imaginación, al peluquero que ofrece amabilidad y
conversaciones a sus clientes, al tabernero que se resiste a echar de su
comercio a los ancianos que gastan poco y hablan mucho, puesto que son la gente
más respetable de su comercio….
Y en
este mundo de tiempo bien aprovechado, pero aparentemente dedicado a “cosas
inútiles” se introducen los ladrones de tiempo, los hombres grises, que ofrecen
“cosas que merecen la pena”, o “que trascienden” a cambio de tiempo. Es muy
difícil resistirse a ellos, y aunque la humanidad puede elegir qué hacer, las
tentaciones que ofrecen los ladrones a cambio de tiempo son muy atractivas. Por
bienes materiales, por éxito o por dinero, el alma de la humanidad se va
perdiendo. Momo será la única que no se dejará embaucar y por eso será
declarada la gran enemiga de los hombres grises.
¡Cuántos
paralelismos con nuestra vida! ¿de verdad fue escrita en 1974?
Momo,
junto al Maestro Hora y la Tortuga Casiopea, deberán recuperar el tiempo que
los seres humanos ceden a los hombres grises a cambio de todo aquello que creen
desear. La amabilidad, el tiempo para
los semejantes, el tiempo para el juego, el tiempo para hacer un trabajo bien
hecho no son tangibles, pero las personas han perdido su alma sin ellos.
Y de
eso va esta novela, que aunque está escrita hace ya 50 años, supone sin duda una
advertencia para los jóvenes que sepan leerla y es muy ilustrativa para los
adultos tentados por gente semejante a los hombres grises, por gestores
inhumanos que quieren administrar el tiempo de los demás o por personas tóxicas
y redes sociales presentes en nuestra sociedad actual.