Un mérito indudable de esta novela es que ha logrado que desee seguir leyendo hasta el final " a ver que pasa".
Y lo ha conseguido con una intrigante historia y en el contexto de una época que, al menos a mí, siempre me ha resultado atractiva, los años 60 de dos países que por aquel entonces sólo se podían pintar en blanco y negro: La República Democrática Alemana y España. Dos dictaduras opuestas en su ideología pero con puntos en común en cuanto a la coartación de libertades tanto de opinión como de acción.
Y si bien la autora refleja la privación de libertad en España, creo que los focos principales se colocan en "la maldad" de la dictadura comunista, en la coacción de una familia entera para que sus miembros dejen de escoger el camino que les gustaría para ser obligados a vivir según quiere el sistema, y las consecuencias que, a miles de kilómetros de allí se están desarrollando. Entre estas consecuencias, paradójicamente, encontramos la tímida promoción de la mujer como algo más que un ama de casa "tonta" y " al servicio de su marido y su familia".
Como si de un experimento se tratara, una persona se verá obligada a suplantar a otra y todos los implicados cambiarán su vida y pocos saldrán beneficiados. Pero en el fondo da igual, porque "el país", el sistema", " el colectivo", así lo requiere.
Fácil de leer, bien redactada, muy entretenida. Y....aunque inverosímil, todos sabemos que en determinadas épocas, algunas historias inverosímiles pueden haber podido llegar a ser verdaderas. Y en este caso, estoy seguro que algo muy parecido podría haber ocurrido. Porque aunque parezca mentira, tan mala gente, y tan equivocada, sigue existiendo.